jueves, 18 de octubre de 2007

Don´t touch my BIlbao


http://www.elpais.com/articulo/espana/PP/AVT/piden/retiren/fotos/Guggenheim/ofenden/victimas/ETA/elpepuesp/20071017elpepunac_11/Tes


Por favor, no me toquen a Bilbao y menos a mi queridísimo museo Guggenheim, porque Puppy se puede enfadar y a todo aquel que huela un poquito al PP/AVT le puede pegar un mordisco y lanzarle a la ria sin miramientos.

Para todos aquellos que no hayan "sentido" Bilbao, les explico mi "momento".

Empiezo desde Abando y me quedo un rato mirando la cantidad de gente que puede pasar por ahi, desde alli voy por la Gran Vía paseando tranquilamente y viendo Zara,El Corte Inglés y todas esas tiendas en las que por cojones estés donde estés existen pero que en esta Gran Via tienen un halo distinto. Llego a la Plaza Mollúa (esa que siempre sale en la tele, la de las manifestaciones, la de la vida,la dle pueblo)y de ahi tiro por una de las callejuelas que van hacia el museo....y empieza la emoción (mi emoción), cuando sin esperarlo te encuentras con él, enorme , que como haga sol te deja ciego y no te esperas que paseando por esa calle te encuentres ESO. Y ves a Puppy y no entiendes qué hace ahi (por lo menos la primera vez) y a quien me escucha le cuento mi teoria de porqué está el perro ahi. Me siento un rato en los jardines césped-piedras a mirar el museo y ver a la gente pasar, a los turistas hacerse fotos, etc.. me levanto y (si tengo dinero, que merece la pena) entro y me tiro ahi toda la mañana (o la tarde). Cuando salgo, lo rodeo y voy por el paseo paralelo a la ria; toco la araña, me asomo al agua, paso debajo de los puentes, y veo el hotel de colores (que me encanta). Cuando llego al teatro entro en el casco viejo y callejeo, y callejeo y callejeo que esa parte sí que tiene un encanto especial. Y cuando tengo hambre (o no) entro a cualquiera de los bares a tomarme un pintxo (porque lo de beber es lo de menos). Cuando cojo el pintxo me rio porque no se cómo cojenes me lo voy a comer sin que se me caiga o me manche. Y al tercero o cuarto (porque comerse más de cuatro es como comerse un cordero entero) ya me da igual mancharme (teniendo en cuenta que llevas cuatro cañas/vinos). Y si tengo tiempo, me subo andando a Santutxu, a casa de mi tio/primos a comer las croquetas de bacalao y el tiramisú que hace mi primo, que sólo con probarlos se te caen las lágrimas. Y cuando me vuelvo a Madrid tengo la sensación que la gente habla sin saber, que de la ciudad que hablan no es la misma que conozco yo. Que no está tan lejos y que merece la pena echarse un viajecito y concocerla.

Asi que por favor, no me toquen Bilbao, que me duele.

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